martes, 20 de enero de 2009

Izkin J. Astra en el mundo comosellame (Capitulo 5 por el culo te la…)

Y ahí estaba el Izkin este con sus nuevos colegas, viajando a dios sabe donde sin preguntar ni siquiera, claro que después de varios días dándole a la pata activo la parte de su cerebro de las cosas obvias…
-Oye, a todo esto, ¿A donde vamos?
Todos se miraron, y luego miraron a Iren quien capto el mensaje de que es la que tiene que hablar.
-Vamos al castillo de Mumbatu, el problema es que no sabemos bien como ir hasta allí. 
-¿Y que se os a perdido allí?
-Pues en su interior vive el genio Mumbatu, el único problema es que el castillo ha sido tomado por la fuerza y ahora esta en manos del brujo Txoribueno.
-“Txoribueno… de que me sonara…” Y si esta en manos del brujo ese, ¿Para que vamos?
-Para liberarlo, el genio es famoso por ser increíblemente poderoso pero también por su mal humor y mal carácter pero creemos que si le ayudamos nos concederá un deseo a cada uno. Así tú por ejemplo podrías volver a tu mundo del que nos das la tabarra todos los días.
-Amm… Te contado cuando un policía me agarro de espaldas y…
Y le siguió contando estúpidas anécdotas de su vida en la tierra que los demás la escuchaban ya con aire cansino…-Oye cansino será tu padre, y mis historias no son estúpidas- Oye Izkin aquí el narrador soy yo, no me jodas chaval que no tienes ni puta idea de contar nada sino pregúntale a esos cinco – ¡Pero si les gusta! Es más diría que eres tu el que aburre. – ¿A, si? Pues adiós, haber como cuentas tu puñetera historia. (ÑIEEEEK, ¡PAAAAM!, TITATITATITA… Onomatopeyas de cerrar la puerta y largarse)
-Eh… ¿Azkarra? Vale, vale, la contaré yo. Pues eso que mientras contaba mis increíbles y alucinantes historias mientras que los demás gozaban, nos adentramos en un bosque oscuro de cojones, tanto como los de Kunta Kinte. Yo como es normal me di cuenta inmediatamente que algo ocurría y puse sobre aviso a los demás aunque eran muy lentos y multitud de bestias nos empezaron a atacar, yo con mi destreza mis reflejos felinos mis grandes pelotas… defendí al grupo todo aterrado de este ataque en masa y… -Oye chaval que pesado eres, buuuuuu, que vuelva Azkarra, que vuelva Azkarra… - Pero si soy un figura contando – Eres tan aburrido como pasarse 3 días mirando una pared de ladrillos. (¡Fiiiiiuuu! ¡Plaf! Onomatopeya de tirarle un tomatazo a la cara)…
30 minutos después…
Que pasa Izkin, ¿No eres capaz de contarlo sin mi?... Jejejejeje, así aprenderás quien es el jefe…
Bueno sigamos con la historia, pues sí resulta que se metieron en un bosque aunque no era para nada oscuro y apareció un pequeño grupito de conejitos. Claro Izkin estaba todo concentrado dando la tabarra a todos y cuando se giro y los vio… ¡Se meo encima! ¡JAJAJAJAJAJA! Todo el grupo se paso riendo 6 horas, claro que después de semejante esfuerzo y tanto ruido atrajo a unas criaturas algo más peligrosas que esos conejitos. Eran como erizos y disparaban sus púas, ¿por que les atacaron? Fácil, la risotada no les dejaba pegar ojo y fueron a vengarse, por lo menos los bichos luego si que durmieron a pata suelta, claro que perder el conocimiento a base de ostias no se si es dormir. El caso es que aquella noche nadie tenía un solo rasguño menos Izkin que los erizos habían practicado la acupuntura con él. 
Dejemos esto por hoy, más adelante más cosas y mejores. Agur Izkinzaleok.

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