domingo, 1 de febrero de 2009

Izkin J. Astra en el mundo comosellame (Capitulo 7 Los Arácnidos)

Izkin e Iren completamente solos, sin ningún tipo de armas, enfrente de ellos una araña del tamaño de un coche familiar y rodeados de multitud de cuevas de las que se prevé que están infestadas por multitud de arañas gigantes. 
-Q… ¿Que quiere?- consiguió decir Iren pues Izkin estaba completamente paralizado.
-Muy buenas tardes señorita. Mi nombre es Bu, también conocido como el arácnido señorial, civilizado y por supuesto educado. 
-¿Bu? –consiguió hablar Izkin, parece que la actitud tranquila de la araña le dio cierta tranquilidad.
-Bu si señor, claro que cuando uno se presenta es de educación que los demás también lo hagan.
-Me llamo Izkin J. Astra. No soy de por aquí y para volver a casa tengo que encontrarme con no se quien mago. Un placer señor Bu. – ¡Y hasta le ofreció la mano! Quien lo iba a decir, Izkin educado, como no la araña también le tendió una de sus patas delanteras y se dieron la mano como gente respetada.
-¿Y la señorita? Aún no he oído su nombre.
Claro que Iren no estaba nada tranquila
-Yo… Yo… Yo so… Yo soy Iren. – Le costo pero lo dijo, esta no le tendió la mano aunque la araña no se extraño.
-Un placer señorita.- Si es que arañas así da gusto conocer. Claro que Izkin soltó la pregunta que todos estamos pensando.
-Oiga don Bu, ¿Va usted a comernos?
-No por dios, los arácnidos de esta zona hace siglos que no comemos carne humana ni bebemos sangre humana. Pero tenemos un pequeño problemilla entre manos.
-¿Un problemilla? –Izkin seguía hablando, Iren aunque algo más tranquila seguía sin poder hablar libremente.
-Resulta que has comentado que quieres ir a buscar a un mago, ¿No es así? Y creo saber cual es. Mumbatu, ¿Verdad? El problema que existe es el siguiente. Tenéis que pagar un peaje por pasar por aquí. No podemos dejaros pasar por que sí.
-Bue…Bueno tengo aquí unas monedas de oro que…
-No necesitamos monedas de oro señorita Iren. Veras, somos 2001 arácnidos en estas cuevas que ves aquí, todas buenas arañas, con mejor o peor humor, no significa que todas sean como yo. Pero aunque el humano no lo probemos por su asqueroso sabor nos gusta los manjares y el mejor manjar que existe para los arácnidos son…
-Los ezkerkekil.
-Exactamente señorita. Son muy peligrosos y esa peligrosidad le da un sabor especial. Nos encantan bien asados al ajillo. Si nos traéis 50 ezkerkekiles no tendremos ninguna razón para no dejaros pasar e incluso os podríamos ayudar. 
-Bien… ¿Donde están esas pelotas? –Pedazo confianza mostraba Izkin, el ser más peligroso de ese mundo que todos los seres temían y él era el único que se atrevía con ello con éxito.
Enseguida llegaron a una explana en ese desierto, se veían un buen puñado de ezkerkekiles botando de un lado a otro, Iren nada más verlos se aleje y se quedo detrás de Bu que les codujo a ese lugar. Izkin se quedo pensando un momento y salió disparado hacia un palo enorme que encontró y otra cacho rama más flexible y volvió hacia Bu.
-Oiga Bu, ¿Usted puede crear tela, verdad?
Lo dejamos por hoy aquí. ¿Qué estará pensando en hacer Izkin? Ya sabéis, a esperarse hasta el próximo capítulo de Izkin.

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