domingo, 5 de abril de 2009

Izkin ... Capítulo 15: El retorno de las “Mariconas cerdas de mierda”

Después de esa última aventura nuestros protagonistas ganaron algo de peso, sí es normal mira que zamparse entre 3 y aunque uno fuera una araña gigante 10 cerdos de dos metros es carne. Ni siquiera colgaron alguna pata haber si se curaba y se zamparan jamoncito.
Tres días tardaron los muy glotones en volver a ponerse en movimiento, pero la nueva novedad era lo pesada que estaba Iren, ya no estaba de mala ostia pero es que no se callaba ni debajo del agua. Es más al parecer se puso a beber y se le oía decir “Glupglugluglup”. ¿Y por qué pasaba esto? Parece que Ur le caló muy hondo a la muchacha.
-¿Y sabéis que más sobre Ur? A parte de ser muy guapo, muy fuerte y muy buena persona, creo que su color favorito es el azul y…
-¿Oye Bu no podemos amordazarla atarla y llevarla encima de ti? – susurro Izkin
-Si hiciera eso… tú no has pensado en las consecuencias.
En ese momento la imaginación de Izkin se puso en marcha (si rara vez su cerebro funciona, esta es una de esas raras ocasiones, apuntar todos este momento histórico) e imagino a Iren desatándose y dándoles una paliza a los dos. Le llegó a su cerebro imágenes de Bu con todas las piernas rotas y babeando de la boca y luego su propio cuerpo sin manos ni pies y con un parche en un ojo.
-Vale, vale. Me has convencido, pero algo tendremos que hacer para que se calle.
¡Flup! 
Pues eso que la araña se las sabía todas, aunque fuera educado en las más estrictas de las escuelas, se sabía trucos para parecer educado sin serlo y un truco era echar un poco de su mejunje arañil sobre los oídos para taponarlos. Así aguantaron la chapa sobre el superhéroe molón con leotardos azules. 
Pero dejándonos de payasadas, el jefe de los jabalíes humanoides estaba recuperando fuerzas con los pocos hombres-jabalíes que quedaban. El pobre hombre solo quería conseguir comida y dinero y se encontró con cantidad de huesos rotos, entre ellos su cuerno, y si antes eran una veintena ahora apenas quedaba la mitad. Coño sí el tío apenas podía moverse cuando oyó la voz de Iren hablando sobre Ur a sus 2 amigos que en ese momento no oían un pimiento. “Esta es la mía” pensó y… 
-¡Hombres, ahora que no está ese cabronazo, vamos a por ellos! ¡¡VENGANZA!!
Rodearon al trío en cuestión de segundos. Los pobres aún con cardenales y vendas, sabían que sus rivales eran duros que además se habían comido a sus compañeros. Eso es valentía señores, esa lucha para vengar a sus camaradas caídos. 
Los dos sordos se quitaron los tapones viendo lo que pasaba entonces…
-¿Qué es eso? ¿No serán tapones verdad? ¿Osease no oíais nada?
En ese momento un jabalí atacó y sin ni siquiera mirarlo Iren le dio un puño con lo que el pobre bicho salió volando, entonces el jefe grito…
-Estaos quietos o usamos el cañón contra vosotros.
-¿Pero de que coño vais? ¿Me ignorabais todo el rato?-Iren cada vez más enfadada gritaba a sus compañeros.
-Está bien, ¡disparar el cañón!
Y el disparo del cañón fue de risa, se escucho un “Plof” y la bala simplemente salió del cañón sin ningún tipo de fuerza.
-Que raro, con este cañón sepultamos al piltrafa ese.
-¡Jefe la pólvora está mojada!
-¿Que? ¡No, otra vez no, el cabronazo ese NOOO!
-¿Ur? ¿Dónde, donde? –Iren que había cambiado de furiosa a amable en décimas.

No hay comentarios: