domingo, 3 de mayo de 2009

Izkin... Capítulo 23: El magnífico Mumbatu

Venga sigamos en la guarida del malote para saber más cosas, quien sabe igual sabemos por que Izkin está de visita en ese mundillo.
-Me cago en… jodido Rutax, mira que tener miedo de una arañita de nada, un poco de insecticida y ya está.
-¿Una arañita? Jefe que mide dos metros de alto lo menos, ¿Cómo cojones quieres que me la cargue?
-Y yo que se, se creativo, si quieres hasta pasa de ella, solo quiero al chaval, además, yo soy el jefe y tu haces lo que te mando.
-Has cambiado tío, antes no eras tan mandón, antes molabas pero ya no te enrollas.
-¡Yo sigo molando oye! Que mira mis poderes, mis tierras el miedo que me tiene la gente, ¿y las pelotas? Esas pelotas tienen a todo el reino acojonado. Venga lárgate a cargarte al piltrafa ese.
Y ya no discutieron más. Digamos que Rutax esta ahí por enchufe, antes eran buenos amigos pero parece que poco a poco se van distanciando. Bueno a lo que íbamos, Txoribueno se levantó y se dirigió ala celda 7G. Ahí estaba, tan negro como el padre de Samuel Etoo, el poderoso Mumbatu pero por alguna razón ahí no era tan poderoso, la cosa es que Txoribueno abrió la puerta de una celda que más que celda parecía una habitación, sin barrotes ni nada, la puerta era simple de madera e incluso la habitación-celda tenía una ventana sin barrotes. Estaba completamente amueblada con todo tipo de lujos, sillones caros, cuadros aún más caros, una tele enorme, etc.
-Hombre si es mi amigo Txoribueno, anda ven a darme un abrazo, amigo.
-Que no pico mamonazo, que quieres que entre para que me ataques, ¿No?
Y es que es lo que realmente tenía ese cuarto, que mientras Txoribueno viviera o simplemente quisiera, nadie de ese cuarto podría salir fuera y aunque el Mumbatu era un tío poderoso con poderes que bueno, si los pusiera todos fliparíais con más colores de los que existen. Pero solo podía usarlos ahí dentro mientras todo lo de fuera se le escapaba, de ahí que viviera como un rey ahí dentro pero realmente estaba preso.
-He conocido a tu supuesto salvador. ¿No es un poco idiota? ¿No podías haber elegido a alguien mejor?
-Si tú critícalo pero seguro que no le has podido ni toser al lado.
-Por la suerte que tuvo que uno de sus amigos se tragó un melocotón revelador de esos.
-¿Suerte? ¿Es suerte que haya sobrevivido al melocotón? Ya verás ya, esto es el fin.
-Ya te lo presentaré en persona todo amoratado y atado para ya sabes que, ya está de camino Oirutas del parque arana que es donde se encuentran.
-¿Piensas cazarlo por la vía rápida? Jo, tío como has cambiado, antes molabas, te gustaba jugar con tus víctimas.
-Si yo sigo molando, ¿No eres tú una victima? ¿No juego contigo? Si te vencí sin problemas.
-Claro, estaba durmiendo y me metiste en esta cárcel. Que gran victoria.
-Aproveché una ventaja, ¿Qué tiene eso de malo? Aún así te dio tiempo de traerte de no se donde a tú supuesto salvador.
-Eso se le llama ser precavido, sabía que querías librarte de mí aunque fuera imposible y por si acaso me cubrí las espaldas, pero aquí sigues, teniéndome miedo sin querer enfrentarte a mí.
-¿Así que eso es lo que crees eh? Pues mira para joderte te voy a dejar solito aquí, mis eskerkekiles se lo zamparán al tal Izkin con patatas.
-Tus eskerkekiles no pueden tocar a Izkin, cuantas veces te lo tengo dicho, que para el no son más que pelotas inofensivas.
¿Para él? Y para mí también y supongo que también para todos los lectores.

No hay comentarios: